CONSEJOS PARA LA LIMPIEZA Y EL MANTENIMIENTO DE SUELOS ABRILLANTADOS
Aclaración preliminar
Estas sugerencias no son más que el resultado de la observación
diaria y el de la experiencia adquirida en el desempeño de nuestro oficio como pulidores de suelos. En ellas no encontrará recomendaciones extravagantes ni soluciones
milagrosas sino pautas experimentalmente contrastadas que le ayudarán a
mantener en buen estado el aspecto del suelo y la durabilidad de su
cristalizado.
Limpieza de suelos cristalizados
Antes del fregado y una vez barridas, mopeadas o aspiradas las
superficies, estas deberán presentar un aspecto totalmente limpias de
polvo y restos.
Fregado en húmedo.
Los suelos cristalizados no admiten el exceso
de agua ni limpiezas agresivas. Agua clara y una fregona lo bastante escurrida
como para obtener de ella prestaciones de
humedad similares a las que conseguiríamos
estrujando enérgicamente una bayeta, convertirán
este sencillo recurso en la clave para alcanzar
los mejores resultados en la limpieza del
suelo.
Durante el proceso de fregado deberá ponerse un cuidado especial en
los rincones y las zonas de ajuste entre el suelo y los zócalos. De igual forma, se tendrá en cuenta el mobiliario que asienta, con
toda o buena parte de su estructura, directamente sobre el suelo. En
estos espacios el agua tiende a quedar acumulada en exceso y no retirarla convenientemente los afea y ennegrece con el paso del tiempo.
Desmanchados
Si el suelo precisara ser desmanchado se procederá como de costumbre,
utilizando, solo para estas ocasiones, agua ligeramente templada
provista con una pequeña dosis de algún tipo de jabón neutro. En suelos
cristalizados debe evitarse el agua excesivamente caliente por su elevado
poder disolvente. El fregado convencional con jabón no debería ser la
norma.
Desmanchado manual
Manchas y vertidos accidentales deberían ser neutralizadas en
el momento de producirse. Frustrada la ocasión de actuar con
rapidez, las opciones de hacerlo con un mínimo de seguridad y
acierto se reducen a su remoción manual. Provistos de una bayeta humedecida con agua y jabón se
aplicarán directamente sobre la mancha suaves movimientos circulares y envolventes
hasta hacer desaparecer cualquier vestigio de la misma. Eliminada la mancha el área deberá de ser aclarada
convenientemente. Si con esta acción ha logrado eliminarla,
enhorabuena. De lo contrario debería aceptar de buen grado el
resultado logrado hasta ese momento o pedir consejo profesional.
El recurso más profesional
Recomendamos sin ningún tipo de restricciones el uso polivalente de la mopa; por tratarse de una manejable y eficiente herramienta para recoger y retirar polvo, antes y después del fregado, así,
como la de una excelente lustradora manual capaz de potenciar el brillo del suelo una vez fregado y bien seco. Por su versatilidad de uso y los
resultados que acredita en los cuidado del suelo, nuestro mejor
consejo podría quedar resumido con la siguiente fórmula: "poca agua y mucha mopa"
Conservación y mantenimiento
Prevenir futuros daños es parte del secreto de
un buen mantenimiento. Resultarán de gran ayuda
todas las medidas preventivas que puedan tomarse
para proteger cualquiera de las áreas especialmente sensibles al desgaste como consecuencia de la fricción directa
por contacto o la mera deambulación.
Protección de espacios
Son zonas de interés especial, entre otras, los suelos situados bajo el antepecho de
encimeras de cocina y baño, los aledaños de las mesas de
living situadas junto a sofás y el espacio que ocupan, y sobre
el que deslizan, sillones de escritorio equipados con ruedas.
No en vano, esta última, es una de las zonas donde el recuento
de daños, por su concentración y alcance, pueden hacerse más
evidentes.
Preservar en lo posible las zonas de mayor impacto utilizando alfombras y/o alfombrillas,
según convenga al área que han cubrir, contribuirá de forma
eficiente a mantener el buen estado del suelo. Conviene recordar que especialmente las alfombras deberían
retirarse durante cortos periodos de tiempo, para permitir airear y asolear las zonas que ocupan
habitualmente, evitando así veladuras de contraste o cambios de
tono en el suelo.
Protecciones pasivas
Las sillas y mesas o cualquier otro de los elementos del mobiliario
susceptible de ser desplazado con cierta frecuencia, tendrían que
contar con protecciones de fieltro o goma para aliviar los efectos de la fricción directa sobre el
suelo, evitando de esta forma las temidas erosiones y rayaduras
sobre el cristalizado. Debería comprobarse regularmente el estado de
uso en el que se encuentran, ya que no es infrecuente, que su
rendimiento pueda resultar gradualmente comprometido por el trasiego
constante al que se ven sometidas.
Conclusión
El cristalizado es la piel del suelo, y como haríamos con la nuestra, necesita de los cuidado y
la atención necesaria para poder ofrecer su mejor aspecto. Las
buenas prácticas de limpieza y un seguimiento puntual en el
calendario de abrillantados de mantenimiento, serán las
rutinas perfectas para disfrutar de la mejor versión de
nuestros cristalizados.
Guía básica de recomendaciones
Fregados en húmedo
Agua siempre limpia
Jabón ocasionalmente
Mopeados frecuentes
Usar alfombras
Muebles con protecciones
Abrillantar regularmente
Abuso de jabones
Agua muy caliente
Desmanchar con abrasivos
Zonas desprotegidas
Muebles sin defensas